1960
- Jose Manuel
- 12 ene 2014
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1960
En el año 1960 seguia yo en mi proceso de aprendizaje y, de aquella época, conservo, en su conjunto, unos gratos recuerdos. Seguia escolarizado en el Colegio de "Amigos del Pais" y aquel año me trasladaron a la clase de los "mayores". Alli tuve la enorme fortuna de conocer a Don Tomás.

Don Tomás era el Maestro de la clase de los “mayores”. Era, en aquella época, un hombre de mediana edad, contrahecho, pero con una calidad humana que me ha inspirado desde tan tierna edad. Pasé en su aula cuatro largos cursos durante los cuales se formó la base de mis conocimientos y, creo, de mi personalidad. A lo largo de mi existencia le he recordado siempre con una mezcla de respeto, cariño y reconocimiento. Sin los conocimientos que me inculco y los valores que me inspiro seguramente que hoy no sería la misma persona que soy. Siempre le estaré agradecido.

De aquella época recuerdo alguna carrera para tirar de las coletas a alguna “teresiana”, los juegos en la Plaza de Regla, al salir de clases; alguna visita al Café Colón en busca de mi padrino, al que siempre encontraba jugando su partidita de la tarde y, alguna vez, me soltaba un duro que enseguida invertía en golosinas. También me acuerdo de Aniceto.

Aniceto era un chofer de Correos, bien encarado, que tenía como misión principal, o al menos así me parecía a mí, el transportar las sacas con el correo del Edificio que dicha Institución tenía en la Plaza de Regla hasta la Estación del Norte de Renfe. Como quiera que mi casa, en el Barrio de la Vega, quedaba por detrás de las vías del tren, nos venía muy bien a Miguelito Sanz y a mí, que, en ocasiones, nos permitiera subirnos al Furgón que conducía. Nos servía a modo de “transporte escolar”.
Los días que Aniceto no estaba disponible para el transporte hacia el camino de vuelta a casa caminando, no sin hacer alguna parada, bien para jugar un partido de futbol, en la calle Alcázar de Toledo, donde a ejemplo de porterías colocábamos las mochilas con los libros. Cuando el buen tiempo llegaba a León, pasado Mayo, cambiábamos el futbol por la natación y la parada la hacíamos en la ribera del Bernesga, en un lugar que conocíamos como el “Tubo”, porque allí desaguaba no sé qué, de la fábrica de antibióticos “Abelló”. En aquel pozo aprendí mis escasos conocimientos sobre natación
Mientras, España también estaba creciendo, los tecnócratas del Opus Dei (los lópeces) a los que Franco había llamado al Gobierno en 1957, pusieron en práctica, a partir de 1959 un duro Plan de Estabilización, bajo las directrices de la “droika” (en aquella época, como éramos pobres aún no teníamos “troika” ya que todavía no nos habían permitido ingresar en la Comunidad Económica Europea, que se había constituido en 1957 bajo el Tratado de Roma. Es sabido que en aquella época Europa comenzaba en los Pirineos.
En consecuencia, eran el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional quienes impartían directrices, con la adopción de medidas que, a lo mejor, a alguno le suena: recortes del gasto público, “apretarse el cinturón” lo llamaban entonces, devaluación de la moneda (ahora no podemos) y cuyo efecto social más significativo fue que los españoles no le perdimos el gusto a viajar. Más de dos millones de españoles acabaron haciendo las maletas para realizar los trabajos que no querían hacer franceses, alemanes, belgas y holandeses.
Mas o menos lo que ocurre ahora con nuestra juventud, que a fuer de estar sobradamente (pre)parada, hace las maletas y con sus títulos de Graduados, Licenciados, Doctores, bajo el brazo, consiguen puestos de trabajo de freganchines, camareros o empleados de hogar, en territorio de nuestros hermanos “ricos” europeos.
Ello les sirve, dicen ellos para justificarse, para practicar el idioma. Es lo que la Ministra pepera Bañez denomina ”movilidad exterior” y que en la época a la que nos referimos llamábamos, de forma mas vulgar, emigración. Poco cultos que éramos entonces.
Pero, a lo que íbamos. Entre las medidas adoptadas y las remesas de dinero que enviaban nuestros emigrantes, lo cierto es que se precipito el crecimiento económico.
Pero lo que si constituyo un elemento definitivo y definitorio del progreso económico y social de la década que comienza en 1960, fue la llegada de los Turistas.
Aquellas suecas en bikini hicieron más por nuestra integración en Europa que las cinco copas que de dicha competición había ganado de forma consecutiva el Real Madrid (1956-1960).
Fue a la vista de aquellas formidables nórdicas cuando a los españoles nos empezaron a interesar las “lenguas” extranjeras. Por otra parte, los ingresos que por tal concepto ingresaban en las arcas públicas apuntalaron nuestro desarrollo durante esa década.
Igualmente, la sociedad española experimentará cambios fundamentales. El desarrollo económico unido a las nuevas influencias que nos traían del extranjero turistas y emigrantes, contribuyeron a cambiar la mentalidad de la sociedad española, especialmente, referido a las nuevas generaciones
Se había iniciado este quinquenio con el nacimiento de Almudena Grandes, José Luis Rodríguez Zapatero, Antonio Banderas, Sarah Brightman y Diego Armando Maradona, entre otros. Y dejaron este mundo, también entre otros muchos Gregorio Marañon, Albert Camus o Clark Gable
El Barcelona ganó la Liga y el Atlético de Madrid la Copa y el Real Madrid, como hemos dicho, gano su quinta Copa de Europa consecutiva. También se celebraron las Olimpiadas de Roma.
Jack Lemmon y Shirley MacLaine protagonizaron “El Apartamento” que a la sazón ganaría el “oscar” de aquel año a la Mejor película
En el ámbito de la música ligera, cuatro chicos de Liverpool, Jon Lennon, Paul McCarthey, George Harrison y Pete Best, posteriormente reemplazado por Ringo Starr, dan vida a la banda “The Beatles”, que revolucionarían la música mundial. La música innovadora de Los Beatles y su impacto cultural definen por si solo a los años sesenta, que, cincuenta años después, siguen siendo números 1 en la venta de discos.
Un trabajador ganaba 1.200 pesetas mensuales, y, estos eran algunos de los precios de entonces: un periódico, 1,50 pesetas; Un televisor 15.000,00 ptas.; una gabardina de caballero 250,00 pesetas; un coche seat 600, que comenzaban a fabricarse en aquella época 65.000,00 pesetas.



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